domingo, 19 de mayo de 2013

ALGO DULCE DIET PARA EL ATAQUE DE ANSIEDAD NOCTURNO

Desde la mañana hasta la tardecita nos es más fácil controlar la ansiedad por comer algo dulce, pero a la noche y después de cenar se desata el tigre, entonces lo arruinamos todo por no poder controlar ese monstruo que nos pide, sin parar, comer dulces. Yo propongo algunas técnicas o tips para ir erradicando este impulso incontrolable. Pasan varias cosas: una, es que al haber comido alimentos a base de hidratos refinados, azúcar, grasas y conservantes, además de la sal que se les pone para realzar el sabor, generamos dos cosas: 1) un reflejo condicionado que se dispara a la misma hora cada noche pidiendo aquello que le damos a esa hora cada día, 2) al ser productos industrializados o hechos con ellos, el organismo es adicto a esas sustancias y desespera si no le damos. 
Por todo lo expresado les sugiero comenzar a reemplazar productos de ese tipo con otros hechos en casa con productos naturales, estos no te darán adicción y podrás manejar mejor la ansiedad en los momentos críticos.
Si a pesar de modificar o canjear estos dulces se te desata el monstruo y no te alcanza con una porción y sientes un deseo desenfrenado por seguir comiendo, te recomiendo inaugurar un rincón de confesión en tu casa. Es decir, elige un lugar en donde pondrás un sillón o silla cómoda, un espejo para mirarte a los ojos, una pequeña mesita con un anotador y lapicera. Entonces ni bien se te desata la ansiedad irrefrenable, vas a ese rincón, te sientas y mientras te miras al espejo haz las siguientes preguntas: ¿por qué quieres comer más?, ¿tienes hambre?, ¿qué necesitas tragarte para no verlo o escucharlo? y deja espacios para ver qué te viene a la mente, sean palabras o imágenes anotalas en el cuaderno. Luego de unos minutos confesándote te sentirás con menos ansiedad y fuerzas para no sucumbir frente a la comida. Otra cosa que debes aprender a hacer es a elaborar la "estructura de demora", es decir, cuando te viene el ataque por comerte lo que ya sería un exceso, vete rápido a otro lado de la casa, o a caminar y así lo vas corriendo hasta que de pronto te sientes más fuerte para no hacerlo.
Otro tips es tener siempre postres diet NATURALES, no de los que venden en supermercados que son industriales y engañosos, no te satisfacen, no te llenan y te dan más ansiedad. Como también comidas hechas para armar una cena o almuerzo rápido sin sentir que ponerte a cocinar será largo y en el interín picotearás de todo.
Ejemplo: cada tanto prende el horno y aprovechas para hacer salados y dulces como: cortar rodajas de verengenas sin pelar y sin pasarlas por sal, rodajas de zapallos verdes, anaranjados, los que te gusten, rodajas de cebolla morada o blanca, batatas y papas sin pelar, choclos envueltos en su cáscara, etc. Así cuando tengas que comer y estás cansada te haces un rico plato de verduras cocidas con frescas, un huevo revuelto o duro, como te guste y haces un rinconcito en la fuente para hornearte unas pechugas o carne roja sin grasa para comer frías o calentadas. También te aconsejo tener legumbres cocidas como lentejas, garbanzos, soja, porotos rojos, negros, etc. así enriqueces tu plato. El día que cocinas esto puedes lavar y cortar verduras frescas listas para usar, rallar zanahorias, etc.
Para los postres, aprovechas el día que prendes el horno y horneas manzanas enteras y peras enteras, hasta que se oscurecen y se caramelizan en sus propios jugos. Son riquísimas, no necesitan azúcar porque sus azúcares se intensifican, aquí va la receta de un postre dulce, crocante, diet y de solo 2 elementos: "pera al horno y galleta de arroz sin sal":
Horneas las peras hasta que se oscurecen y se ablandan, paraditas sobre una fuente "sin nada", yo uso las menos maduras porque no se desarman y son más sabrosas y mantienen más fibra, luego corto media pera y la pongo sobre una galleta de arroz. Si quieres le puedes poner unos hilos de miel sobre la galleta, y un poco de canela sobre la pera.
¡FUERZA!! ¿VOS PODES!!

sábado, 11 de mayo de 2013

Mi otra mirada de la vejez

Los paradigmas sociales frente a la vejez nos pone la mirada sobre los aspectos puramente estéticos , pero de una estética comparativa con la de la juventud, razón por la cual nos obliga a focalizar las metas de tratamiento hacia lo imposible, y a hundir el cuerpo emocional en una profunda y larga depresión, revalorizando la juventud y descalificando automáticamente a la vejez, al punto de creer que ser viejos nos transforma en personas caducas, vencidas, como un alimento que ya no se puede consumir. Pero el problema no es de quienes nos quieren poner en ese lugar, sino de nosotros que lo aceptamos y bajamos la cabeza en busca de las mil cirugías, que lejos de llevarnos de regreso a los años mozos, nos hacen ver más viejos y penosos. Nos olvidamos que una persona grande, tiene algo mucho más importante que una persona joven, tiene más "años" en la vida, en cambio la persona joven no los tiene y quién sabe si los tendrá. Porque, en definitiva, lo más importante es "estar" en la vida, y que yo sepa, los viejos están desde hace más tiempo en ella que los jóvenes, vieron más, escucharon más, saben de ella más, la conocen más, la disfrutaron más, la sufrieron más, y aún están en ella igual que un joven, pero estos últimos no estuvieron los años anteriores. Yo veo en los más viejos o en los más añosos, a seres de consulta, a guías que pueden compartir sus experiencias. En esta sociedad se descartan a los más grandes, sin embargo en sociedades que conservan tradiciones como los grupos indígenas se mira al viejo con admiración y cada arruga le da un valor agregado en experiencia y en vida vivida, como los anillos de un tranco, y se los cuida porque son ellos los que guían al joven a una vida más segura y feliz.
No vivas tu madurez con sentimientos de pérdida, al contrario, hay que vivirla con sentimientos de ganancia, porque ya tenemos más años asegurados en la vida. Yo te doy fe que con ejercicio corporal y facial, buenos hábitos alimenticios, bajando el estrés y haciendo una vida sencilla, dándonos el tiempo para hacer aquellas cosas que nos hacen sentir pleno, podés tener una maduritud hermosa por fuera y por dentro. Si te deterioraste es porque te lo permitiste. No te deprimas por la edad, deprimite por dejarte estar, ponete en acción, modifica tu sedentarismo, tu alimentación, no comas en exceso, hacé mi gimnasia facial y corporal, no te enojes tanto, mira todo lo lindo que tenés y que lograste, ponete proyectos, como estudiar algo, aprender un arte, oficio, etc. y verás como tu vejez se transformará en una bendición. La vejez no es algo "feo" lo feo es lo "mal" que te trataste para verte mal. Tratate y cuidate como una reina de la salud y amarás tu maduritud.